sábado, 24 de agosto de 2013

EL "MILAGRO" DE MOISÉS Y LOS PERSAS

Una nueva incógnita surge en el camino de la historia, se trata de la forma de obtener agua de los persas y el método utilizado por Moisés al liberar al pueblo de Egipto, cuando estos tenían sed. Son dos historias similares pero una de estas como ya habría de esperarse es más creíble que la otra. 

Los israelitas se fueron del desierto de Sin, y se detenían en cada lugar que Dios les ordenaba. Al llegar a un lugar llamado Refidim, acamparon pero no encontraron agua, así que le reclamaron a Moisés:
¡Tenemos sed! ¡Danos agua!
Moisés les contestó:
¿Y por qué me reclaman a mí? ¿Por qué dudan del poder de Dios?
Pero era tanta la sed que tenían, que comenzaron a criticar a Moisés. Le dijeron:
¿Para esto nos sacaste de Egipto? ¿Para matarnos de sed, junto con nuestros hijos y nuestros animales?
Entonces Moisés le pidió ayuda a Dios, y le dijo:
 ¿Qué voy a hacer con esta gente? ¡Poco les falta para matarme a pedradas!
 Dios le contestó:
Quiero que lleves a los israelitas hasta la montaña de Horeb. Allí estaré esperándote, sobre la roca. Tú adelántate, y llévate a algunos de los jefes del pueblo. Llévate también la vara con la que convertiste en sangre el agua del río Nilo. Cuando llegues allá, golpea la roca con la vara. Así saldrá agua de la roca, y todos podrán beber. 

Esta  técnica podría atribuirse que sucedió por Moisés, pero resulta que años antes los persas también utilizaban este método de sacar agua a través de las piedras. 
Resulta que los persas no encontraron el agua, en rio lagos y el océano sino en las rocas. Para encontrar agua tenían que recorrer grandes distancias, pero fueron los magi, ingenieros o hechiceros que  idearon la manera de llevar el agua a los pueblos con utensilios como cinceles para escavar sobre las rocas. Fueron estos hechiceros quienes pusieron las bases del más grande imperio conocido por el mundo. Lo hicieron mediante un revolucionario sistema de canales subterráneos de irrigación, llamados kanats su funcionamiento se servía del aprovechamiento de  la gravedad, para aprovechar la topografía natural del terreno en una pendiente en dirección al golfo pérsico.
Desde la superficie se introducían ejes verticales y desde estos se escavaba túneles horizontales de poca longitud alrededor de un kilómetro colina arriba se volvía a construir otro eje y así el canal iba avanzando, realmente no tenía tecnología avanzada pero sabían a provechar los recurso y el conocimiento avanzado que tenían. 2 mil años antes de los acueductos romanos, los persas ya canalizaban agua a grandes distancia en condiciones de gran sequedad sin perder nada por la evaporación.
El sistema de los kanats quizá fue por miles de años el método más eficiente para obtener o llevar el agua subterránea y es muy reciente los sistemas que hoy vemos trabajando en nuestras casas como la perforación y bombeo de agua de los pozos. El conocimiento sobre el sistema de kanats desde su nacimiento se heredó de generación en generación. 
Al saber la historia de los persas, habría que investigar si el “milagro de Moisés, en realidad fue tal suceso. Y es que los persas a lo largo de la historia no solo sobresalieron por su poderoso imperio sino también por sus palacios, edificios, el arte plasmado en cada uno era impresionante. 
Entonces diríamos que la Biblia a lo largo de los años inspiro sus historias, en las antiguas costumbres y tradiciones de los pueblos, y sus relatos como se ha venido planteando en diversos artículos no son más que nuevas adaptaciones de hechos ocurridos anteriormente. 



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