Una serie de acontecimientos han marcado la historia del mundo, qué hubiese sucedido si algunos de estos no hubiesen sido cumplidos, ¿estaríamos igual? Bueno tal vez si o tal vez no, pero para que los cambios llegaran, personas tuvieron que tomar decisiones en determinadas circunstancias que en un momento dado cambiaron el rumbo de una nación.
Hace miles de años diversos eventos dieron un giro total al futuro de la humanidad, uno de ellos tuvo lugar durante la primera de las llamadas Guerras Médicas, entre griegos y persas, el 12 de septiembre de año 490 antes de nuestra era el imperio persa (550-330 a.C.), como otros sistemas de dominio anteriores del Próximo Oriente, se basó en la ocupación permanente de los territorios conquistados y en la explotación de los mismos. Pero los persas tendieron a organizar su proceso de expansión con poca reestructuración de la organización anterior de los grupos y territorios conquistados, es decir, detentaron un imperio de tipo "patrimonial".
Los conflictos entre griegos y persas se abren realmente con la conquista de la capital lidia, lo que provoca una tensión creciente en la zona del Asia Menor, donde las ciudades griegas se van a sentir amenazadas. Esta situación estallará en los años iniciales del siglo V a.C. con la rebelión de las ciudades jonias de Naxos y Mileto.
Mileto colonia griega, ubicada en el Asia menor, no pudo soportar el yugo persa y, con ayuda de tropas Atenienses, inicio una lucha, pero finalmente cayo vencida.
Darío, el soberano persa, no pudo olvidar la intervención de Atenas en el incidente y entonces juro vengarse y destruir la ciudad griega.
Darío I se propuso terminar con la sublevación de los griegos asiáticos, y conquistar Grecia para cortar definitivamente los apoyos que aquellos recibían.
Ante la llegada de los persas a territorio europeo las reacciones fueron diferentes. Atenas quería detener la invasión como fuese y solicitó ayuda a los espartanos para luchar en la Batalla de Maratón (septiembre del 490 a.C.). Sin embargo, el origen del problema residía en las colonias griegas en Asia, y Esparta, no había fundado ninguna ni tampoco las había ayudado, como se ha indicado, por tanto los lacedemonios no se sentían implicados, tanto es así que a la Batalla del Maratón no acudieron por estar celebrando los juegos sagrados.
La gran batalla entre los atenienses y los persas tuvo lugar 13 de septiembre del año 490 a. C. El ejército persa de Darío I fue derrotado por los atenienses dirigidos por Milcíades. Esta victoria permitió a los griegos regresar rápidamente a Atenas, evitando un ataque marítimo persa sobre la ciudad. También incitó a los griegos a continuar la lucha y derrotar por completo a los persas diez años más tarde.
La segunda guerra médica la inicia Jerjes en el año 480, partiendo por tierra desde Sardes con su ejército mientras que la flota sale de Clazomene. Tras cruzar el Helesponto se encaminó por la Tracia hacia Macedonia entrando en Tesalia, siempre con el cercano apoyo de su flota. Esparta responde al ataque persa con la creación de una Liga Militar Helénica bajo su dirección, que se enfrenta a los persas en el cabo Artemision en 481, obteniendo un resultado favorable.
La tercera guerra Médica. (479-449 a.C.)
Aunque los griegos habían desalojado a sus enemigos del territorio continental, la guerra marítima prosiguió en las islas del mar Egeo y en las costas del Asia Menor.
El jefe Espartano Pausanias desalojo a los persas de Chipre y sitio a Bizancio, hoy Constantinopla, pero en ese lugar, y dominado por la codicia, entro en negociaciones con el enemigo, por lo que fue destituido y condenado a muerte.
Esparta, que no era potencia naval, no deseaba proseguir la lucha en territorios Asiáticos y, cuando sus generales se enteraron de que las colonias griegas pensaban entregar el mando a Arístides, decidieron retirarse de la lucha. El jefe ateniense reunió doscientas ciudades, con las que formo la confederación de Delos, cuyos integrantes debían contribuir con dinero, naves y soldados.
Atenas confió el mando de la flota a Cimon, quien durante cerca de veinte años prosiguió la lucha contra los persas. Los expulsó de las costas norte del mar Egeo y también de buena parte de Asia Menor. Artajerjes se rindió y accedió a firmar la llamada paz de Cimon, que puso fin a las Guerras Medicas.
De haber sido derrotados los griegos en Maratón, hubiera sido imposible el Siglo de Pericles, y en consecuencia tal vez nunca se hubiera consolidado el “hechizo jónico”. Alejandría, se convertiría durante varios siglos en la capital cultural y científica del mundo y desde cuya Biblioteca la primera gran universidad del planeta, irradiaría como potente faro hacia todo el mundo “occidental” la sabiduría griega. Fue en Alejandría, por ejemplo, en donde Euclides sistematizó, en sus famosos Elementos, casi todo el corpus matemático griego existente hasta su tiempo (principios del siglo III), obra que hasta el siglo XIX constituyó el paradigma de toda construcción axiomática. Y fue en Alejandría en donde por primera vez Eratóstenes (siglo III) midió con asombrosa precisión la circunferencia terrestre.