Las iglesias ortodoxas tienen núcleos muy importantes en los países balcánicos, en Asia menor, en la ex URSS (Rusia, Georgia, Moldavia), Estados Unidos, Chipre, Argentina Australia; tienen presencia en Europa Occidental, India y algunos países africanos. Las iglesias ortodoxas de cada país son independientes, designan sus metropolitas por ellas mismas. Realizan concilios para coordinar decisiones, pero evitan la centralización. Esta iglesias deben agrupar más de 200 millones de bautizados. La ortodoxia significa doctrina verdadera, apego a los principios fundacionales. Este sentido del contenido religioso, es un hilo conductor para la continuidad, la coherencia y la unidad de iglesias ortodoxas en el curso de muchos siglos, que fueron llenos de tensiones en la cristiandad, en las relaciones con los príncipes, así como las tensiones provocadas por un mundo que cambia constantemente.
Signos peculiares de la ortodoxia son sus ideas sobre Cristo y la Trinidad. En la Trinidad se afirma la unidad de lo diverso. La diversidad permite la plenitud de la persona, de las relaciones humanas. La unidad garantiza la integridad de la existencia. La referencia del acontecimiento Cristo a la Trinidad pone de relieve cómo la salvación está ligada al ser eterno de Dios, con lo que se considera a la Trinidad como el misterio principal de la fe, privilegiando las categorías de esencia y de ser aunque llevando a cabo una purificación del lenguaje, que hace pensar no tanto en la helenización como en una deshelenización del cristianismo.
A lo largo de la historia la Trinidad se ha convertido en el dogma central sobre la naturaleza de Dios de la mayoría de las iglesias cristianas. Esta creencia afirma que Dios es un ser único que existe simultáneamente como tres personas distintas o hipóstasis: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Algunas confesiones minoritarias, como las iglesias unitarias, los testigos de Jehová y los pentecostales unicitarios, entre otros, rechazan esta creencia. Los mormones afirman creer en la Trinidad pero tienen una interpretación específica y radicalmente diferente del dogma mayoritariamente aceptado. El problema central del dogma trinitario es justificar la división entre “sustancia” única y triple “personalidad”. La mayoría de las iglesias protestantes, así como las ortodoxas y la Iglesia Católica, sostienen que se trata de un misterio inaccesible para la inteligencia humana.
Por ejemplo: La Iglesia católica dice: “La Trinidad es el término con que se designa la doctrina central de la religión cristiana… Así, en las palabras del Símbolo Quicumque: el Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios, y sin embargo no hay tres dioses, sino un solo Dios. En esta Trinidad, las Personas son co-eternas y co-iguales: todas, igualmente, son increadas y omnipotentes
La Iglesia ortodoxa griega dice de la Trinidad lo siguiente: “Dios es trino y uno… El Padre es totalmente Dios. El Hijo es totalmente Dios. El Espíritu Santo es totalmente Dios”.
Según el Dogma católico definido en el Primer Concilio de Constantinopla (381), las tres personas de la Trinidad son realmente distintas pero son un solo Dios verdadero. Esto es algo posible de formular pero inaccesible a la razón humana, por lo que se le considera un misterio de fe. Para explicar este misterio, en ocasiones los teólogos cristianos han recurrido a símiles. Así, Agustín de Hipona comparó la Trinidad con la mente, el pensamiento que surge de ella y el amor que las une. Por otro lado, otros teólogos clásicos, como Guillermo de Occam, afirman la imposibilidad de la comprensión intelectual de la naturaleza divina y postulan su simple aceptación a través de la fe.
La diferencia de las iglesias ortodoxas respecto de la Iglesia católica romana consiste en situarse fuera de la autoridad del Papa, o bien se trata de personas procedentes de países en los que el habla ha adoptado esta expresión debido al uso intenso por parte de comunidades relevantes de anglicanos y otros protestantes y de ortodoxos.
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